martes, 21 de abril de 2009

LA MÚSICA COMO FUENTE DE PLACER

Es cierto que la música es para disfrutar y puede convertirse en una fuente de placer, pero se nos olvida que en las clases se viene a dar clase y aprender cosas. Y el placer y ocio se queda para fuera de la escuela.

En infantil sigo manteniendo que se puede utilizar la música como recurso metodológico; pero a partir de primaria, la música es algo más formativo en dicho campo (pentagramas...); y es cierto que nos olvidamos de utilizar la música por puro placer porque eso está más encaminado hacia momentos de ocio y diversión, como puede ser en tu casa oyendo música mientras te duchas, por ejemplo.

¿Podíamos enseñar a los niños a disfrutar de la música? Pues sí, pero esa es una labor que se hace durante las clases. A lo mejor lo que hay que hacer es hacer más incapié en esta cuestión.

4 comentarios:

Íñigo dijo...

Es cierto, a la clase se va a aprender cosas. Pero, pregunto ¿aprender no es, en sí mismo, un placer? Y cuanto más aprendo más placer obtengo. No se puede separar la escuela del placer. Si fuera así, yo me retiro

MARI CRUZ dijo...

Sí, pero son placeres distintos:
1. Disfrutar de la música.
2. Disfrutar en la escuela.
Lo que sí, es que se puede disfrutar en la escuela de la música pero durante un tiempo mucho más reducido.
Y tienes que aprender a disfrutar de la música por tu cuenta.

Íñigo dijo...

La cosa es que a los niños no hay que enseñarle a disfrutar de la música porque en eso nos dan a todos mil vueltas. El mundo de fantasía y magia en el que se mueve la música es, precisamente, el mundo infantil. No hay que enseñar eso, solo hay que acompañarles en ese viaje y ahí encuentran sus patrones de desarrollo. En la misma honda que con la música, los niños se relacionan con los personajes fantásticos de los cuentos de hadas, que al identificarse con ellos ven reforzarse los variados aspectos de su desarrollo. Para mí, eso es una fuente de placer que les hace felices. En la escuela deben sentirse felices...

MARI CRUZ dijo...

No se, eso es discutible.
El aprender puede ser placer para unos, pero todo lo contrario para otros.
Yo en la escuela disfruté en infantil, pero en primaria ya no disfrutaba tanto, y cuanto más pasan los años peor. Hasta que llegas a la carrera y estudias lo que realmente te gusta.
Yo creo que cuando más he disfrutado, ha sido en segundo ciclo de infantil, en el Ciclo Formativo de Educación Infantil y en la carrera.